A unos días de encarar un nuevo desafío en lo que involucra a mi salud ( no es nada grave pero si de cierta seriedad) nada indica que algo debería salir mal. Igualmente creo que en estos momentos es cuando en soledad empezamos a ver hacia atrás y sacar algunas conclusiones o al menos lo intentamos sobre distintas cosas. En mi caso me puse a pensar en los afectos que están involucrados en mi vida.
En mi caso el espectro abarco desde mis padres hasta mis hijos y todas las hermosas personas que forman parte de mi existencia.
Viendo la evolución de los afectos y porque no llamarlos también amores se me ocurrieron varias preguntas que trato de resolver, lo magnífico de esto es que a veces la respuesta esta en lo racional o lo que debería ser, pero a veces cuando mezclamos los sentimientos con lo racional la respuesta es tremendamente desafiante y quizás eso sea lo que hace tan maravillosa, tortuosa y tormentosa la vida.
Algunos de los planteos fueron:
Si amo a mis hijos, ¿Por qué ahora que son grandes y no viven conmigo no los extraño tanto? o ¿Será porque los medios de comunicación nos mantienen informados de lo que hacemos? o ¿la distancia en que vivimos es corta por lo tanto internamente sabemos que nos podemos ver cuando quisiéramos? Y si es así ¿Por qué hay veces en que necesito verlos y tocarlos y me contraría que no podamos porque ellos tienen sus planes y debo esperar?, en fin se que los amo, estoy orgulloso de ellos y sé que a pesar de sus fallas , muchas veces porque son jóvenes todavía o porque no supe darle señales claras ( eso también existe y en gran cantidad), les tengo una confianza ciega en que van a salir adelante.
En cuanto a mis afectos personales, ¿Por qué no siento nostalgia de recuerdos agradables?; ¿Por qué no puedo olvidar a pesar de la nostalgia?; ¿Por qué no quiero entregarme como antes?; ¿Por qué los afectos perdidos me provocan una sonrisa?; ¿Por qué la esperanza no se pierde ante las pérdidas?, ¿Por qué no lloré cuando murió si me dio la vida?, y tantos otros “Por qué” a resolver.
Será que no todos los “Por qué” tienen respuesta o más bien son tantas las respuestas para un mismo “Por qué” que son indescifrables, solo se me ocurre este poema:
Miro la luna y pregunto por que?,
si fuimos capaces de crear vida,
no fuimos capaces de compartir nuestra sed.
Miro el horizonte y pregunto por qué?,
corríamos en el parque detrás de una pelota,
hoy nos vemos de vez en cuando en el café.
Miro detrás de mis ojos y pregunto por qué?,
el universo nos se apiada y nos separa,
no entendemos que pasa y perdimos la fe.
Miro dentro de mi corazón y pregunto por qué?,
lo siento callado y mustio como una sepultura,
quizás algún día comience a renacer.
En mi caso el espectro abarco desde mis padres hasta mis hijos y todas las hermosas personas que forman parte de mi existencia.
Viendo la evolución de los afectos y porque no llamarlos también amores se me ocurrieron varias preguntas que trato de resolver, lo magnífico de esto es que a veces la respuesta esta en lo racional o lo que debería ser, pero a veces cuando mezclamos los sentimientos con lo racional la respuesta es tremendamente desafiante y quizás eso sea lo que hace tan maravillosa, tortuosa y tormentosa la vida.
Algunos de los planteos fueron:
Si amo a mis hijos, ¿Por qué ahora que son grandes y no viven conmigo no los extraño tanto? o ¿Será porque los medios de comunicación nos mantienen informados de lo que hacemos? o ¿la distancia en que vivimos es corta por lo tanto internamente sabemos que nos podemos ver cuando quisiéramos? Y si es así ¿Por qué hay veces en que necesito verlos y tocarlos y me contraría que no podamos porque ellos tienen sus planes y debo esperar?, en fin se que los amo, estoy orgulloso de ellos y sé que a pesar de sus fallas , muchas veces porque son jóvenes todavía o porque no supe darle señales claras ( eso también existe y en gran cantidad), les tengo una confianza ciega en que van a salir adelante.
En cuanto a mis afectos personales, ¿Por qué no siento nostalgia de recuerdos agradables?; ¿Por qué no puedo olvidar a pesar de la nostalgia?; ¿Por qué no quiero entregarme como antes?; ¿Por qué los afectos perdidos me provocan una sonrisa?; ¿Por qué la esperanza no se pierde ante las pérdidas?, ¿Por qué no lloré cuando murió si me dio la vida?, y tantos otros “Por qué” a resolver.
Será que no todos los “Por qué” tienen respuesta o más bien son tantas las respuestas para un mismo “Por qué” que son indescifrables, solo se me ocurre este poema:
Miro la luna y pregunto por que?,
si fuimos capaces de crear vida,
no fuimos capaces de compartir nuestra sed.
Miro el horizonte y pregunto por qué?,
corríamos en el parque detrás de una pelota,
hoy nos vemos de vez en cuando en el café.
Miro detrás de mis ojos y pregunto por qué?,
el universo nos se apiada y nos separa,
no entendemos que pasa y perdimos la fe.
Miro dentro de mi corazón y pregunto por qué?,
lo siento callado y mustio como una sepultura,
quizás algún día comience a renacer.