Porque tu piel se siente como un pétalo,
tu boca es oasis de jalea y rosas,
de mi alma arrancan las más febriles prosas.
y esos ojos que sacan todo lo malo.
Mi espíritu sestea sobre el ópalo,
de la calidez de esas manos hermosas,
que corren en mi espalda como carrozas,
arrebujando este corazón en su halo.
Tus caderas en cadencia centellante,
marcan el dulce compás de un amor probo,
tornan tormenta en firmamento brillante.
No hay fantasmas que perpetren el robo,
de la calidez y bondad de tu seno,
el amor te cuida como cuida un lobo.