Tuve una flor entre las manos,
llegó una noche con la brisa de verano,
orgullosa de su estirpe y de su tiempo
dejo su polen impregnado en mi cuerpo.
De raíces fuertes que la hacen indómita,
de tallo grácil que la muestra frágil,
de hojas vivas con movimiento de gacela,
de pétalos suaves como caricia del alma.
Tuve una flor entre las manos,
perfumó mi vida en cada instante,
partío un mediodía con la brisa del verano,
es momentánea su ida, tendré mi flor entre la manos.
2 comentarios:
Señor de Monte grande, està precioso, me encanta leerte, te dejo un abracito, y un hasta pronto
Pili O.
bello poema... y quién fuera flor...
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