Solo fue un sueño, podría ser interpretado como una
pesadilla, un punto de inflexión o un aviso de liberación.
La escena es oscura, negra, opresiva, no hay decorado solo un rostro hermoso pero
sin luz, sin sonrisas, los ojos abiertos con un leve atisbo de sorpresa, los
labios dibujaban una grácil curva como
siguiendo un guion de una novela barata, no emitía ningún sonido, repentinamente un puño que baja con
determinación golpeando ese rostro con fuerza.
A medida que el puño se ponía en contacto con alguna zona
del rostro se hundía en él, pero no había dolor, ni huesos rotos, ni sangre, ni
emoción, solo quedaba un espacio vacío en el lugar del golpe, oscuro como el
resto de la escena, cada uno de estos hacía desaparecer de a poco esa bella
cara reemplazándola con más huecos negros sin vida, fríos, sin matices, sin
recuerdos.
Fue el sueño de un crimen o una operación de borrado? Quien
sabe, no es natural matar, pero si reconocer y borrar como parte de un proceso
de sanación. Eliminar los últimos vestigios de una relación que como resultado
de un análisis retrospectivo fue estéril para el alma, se fue diluyendo en la comodidad, el no olvido de viejos
amores, la recurrencia de fantasmas del pasado, problemas que jamás van a ser
resueltos, por la necesidad de huir de una parte y la imposibilidad de
construir de la otra, la tolerancia a la mentira y el maltrato, una falsa
ceguera a ver la realidad, hay tantos factores, tantas incompatibilidades, en
definitiva una danza demoníaca de fantasmas.
Al final de la escena nada queda, ni recuerdos, ni memoria,
ni una rosa que plantar, ni cenizas que despedir, solo el opresivo sonido del
olvido.
A pesar de la sensación desagradable por lo soñado, el
despertar trajo el sentimiento de alivio que da el entender que hay que
aceptar, procesar y dejar ir las cosas
que no queremos que nunca más regresen.
Esta fría la mañana, salí a caminar con el viento en mi
rostro y las olas del mar mostrándome que hay vida, que se puede construir un
verdadero amor, que los recuerdos de viejos amores verdaderos nos acarician el
alma y nos arrancan una sonrisa de satisfacción al verlos bien, que los seres
despreciables son pocos y desaparecerán ahogados en su propio mar de bilis,
mientras tanto pienso que en alguna estación de la vida alguien está esperando
nuestro encuentro.
Dedicado a quienes me apoyaron en los momentos difíciles, y a
todos los que nos une esa delgada línea de respeto y amor fraternal sin
importar la distancia.
3 comentarios:
!!Me has rozado el alma!!
Besos y mi cariño
me gusta tu texto lleno de vos hoy
Qué bien expresado el sentimiento. Un abrazo
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