Nuevamente me visitas,
cada vez más asiduamente,
penetrando como pequeñas astillas,
para perforarme la mente.
Será que quieres reafirmar que eres el dueño,
de mis noches en vela cuando falta el sueño,
y a medida que pasan las horas, tu intensidad,
pugna por romper mis pensamientos de realidad.
Me mareas como un barco en la tormenta,
me obnubilas como hierbas non sanctas,
la razón se me escapa mientras el dolor se incrementa,
y no hay nada que registrar en nuestras actas.
Maldita migraña siempre te ensañas,
tejiendo tu venenosa tela de araña,
llevándome a un estado de confusión,
en el que mi cuerpo hace eclosión.
Todo me da vueltas y las cosas se transforman,
las sombras que se acercan son las que me informan,
que me estoy convirtiendo en un manojo de negras mantillas,
y que solo podré sacarme este estigma con mis malditas pastillas.
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