Mientras observaba su vaso de whisky, nublado por el humo del cigarrillo, recordaba la definición de uno de sus maestros de economía sobre la eficiencia y eficacia, aunque parezca trivial, eso lo llevo a su cambio de carrera universitaria, dejando la administración por la medicina.
Después de terminar una operación, fiel a sus costumbres, se sentaba en el bar con su vaso y su cigarrillo a evaluar el procedimiento, antes de subirse a su mercedes último modelo y emprender el viaje para encontrarse con su joven amiga.
Su evaluación era minuciosa como siempre, el orificio de entrada pequeño, poco sangrado en el cerebro, finalización rápida, si que su especialización como neurocirujano le había servido.
Encendió su computadora portátil aprovechando la conexión wi-fi del lugar, chequeo que en su cuenta en el extranjero se acreditaran los miles de dólares de la última operación.
Caminando hacia su auto, nuevamente, vino a su mente el gracioso ejemplo de su profesor, “ser eficaz es lograr tu objetivo, es como matar a una persona de varios disparos, ser eficiente es lograr tu objetivo al menor costo posible, es como matarla de un solo disparo”, si señor cuanto le había servido su carrera de neurocirujano, cuanto había aprendido de las zonas cerebrales y mientras acariciaba el ya frío cañón de su pistola murmuró, es verdad con una sola bala basta.
El suave arrullo del motor lo transporto rápidamente hacia la noche de placer que lo esperaba.....